La biblioteca del futuro: Oodi, Finlandia

     Cuando pensamos en una biblioteca tendemos a pensar en un lugar con salas de lectura y estudio, llena de libros polvorientos, con etiquetas en el lomo y de temáticas infinitas, algún que otro ordenador y quizá una copistería. ¿Cabe un concepto distinto de biblioteca? ¿Ardió la obra culmen de la archivística
en Alejandría?


Biblioteca Oodi, Helsinki. Fotografía tomada por Tuomas Uusheimo

        La biblioteca Oodi, en Helsinki, Finlandia, rompe diametralmente tanto con el concepto de biblioteca como con el de urbanismo tradicional. Para comenzar, forma parte de una iniciativa de participación ciudadana, pues son los habitantes de la ciudad los que han sugerido de forma activa propuestas para la creación del edificio. Esto es algo que a mi parecer tiene mucho sentido, aquellas infraestructuras que los ciudadanos van a utilizar y disfrutar deben cubrir las necesidades e inquietudes de la ciudadanía, no sólo suplir un servicio. La biblioteca Oodi, supone un concepto completamente opuesto al del brutalismo soviético, que pretendía suplir servicios minimos a través de megaestructuras vacías. Ahora, el edificio, es parte de un complejo que interactúa con la ciudadanía, se reinventa y se construye a sí mismo.


    Curiosamente, el espacio de mayor amplitud no está ocupado por estanterías: Solo un tercio del espacio está ocupado por libros, y es que, se da mayor relevancia en este lugar al continente que el contenido en base al uso que la ciudadanía hace del lugar. Amplísimas salas de lectura, una cafetería, balcones, jardines, salas de cine e informática, roban el protagonismo a la celulosa. La decisión de dar mayor importancia a estos espacios viene de mano de la ciudadanía y el diálogo con la institución pública, interesa conocer los modelos alternativos de consumo cultural, que han predominado ante el viejo libro.

Sala de lectura. Fotografía tomada por Tuomas Uusheimo
 

    La apodada como "envidia de las bibliotecas", muestra al resto del mundo cómo deben hacerse las obras públicas. Nunca deben ser algo alejado de la ciudadanía, siempre y cuando, quieran que la ciudadanía sea partícipe de la misma. Debe ser un auténtico gozo estudiar en un lugar como éste, disfrutar de las zonas comunes y relajarse: Es todo aquello que una biblioteca debería ser.


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